En los rincones más remotos del Tíbet y Nepal, crece un hongo con historia, mística y alto valor: el Cordyceps sinensis. Considerado durante siglos como un tónico imperial en la medicina tradicional china, hoy este hongo ocupa un lugar central tanto en la ciencia como en la industria del bienestar. ¿Qué lo hace tan codiciado?

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Hongo Cordyceps emergiendo de una larva contagiada.

 

El Cordyceps es uno de los hongos más singulares y valiosos conocidos por la humanidad. Su origen se encuentra en las zonas montañosas del Tíbet, Nepal y algunas regiones del Himalaya, donde crece de forma silvestre en altitudes que superan los 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Su ciclo de vida es tan inusual como fascinante: en su versión silvestre, el Cordyceps sinensis parasita las larvas de ciertos insectos, principalmente orugas, y eventualmente consume su huésped para emerger como una estructura alargada en la superficie del suelo. Este fenómeno lo convierte en uno de los pocos hongos entomopatógenos de uso medicinal reconocido globalmente.

 

¿Cuando comenzó a usarse?

Su uso se documenta en la medicina tradicional tibetana y china desde hace más de 500 años. Originalmente reservado para las élites imperiales, era considerado un elixir para la longevidad, la vitalidad sexual y la recuperación post-esfuerzo. Según relatos orales, los pastores del Himalaya fueron los primeros en notar sus efectos al observar que los animales que lo consumían mostraban signos de energía y resistencia inusuales.

En la actualidad, el Cordyceps ha despertado el interés de la comunidad científica por sus propiedades adaptógenas, antioxidantes y energizantes. Compuestos como la cordicepina, la adenosina y ciertos polisacáridos han sido estudiados por su capacidad para mejorar el rendimiento físico, apoyar el sistema inmune y actuar como moduladores del metabolismo celular. Uno de los estudios más citados, publicado por Chen et al. en 2010, evidenció mejoras significativas en la capacidad de ejercicio y la fatiga en adultos mayores tras un consumo regular de extracto de Cordyceps durante 12 semanas.

El valor

El valor de este hongo se refleja también en el mercado. El Cordyceps sinensis silvestre alcanza precios que superan los USD 15.000 por kilo, llegando incluso a cifras cercanas a los USD 40.000, especialmente en mercados como el chino. Este valor no solo se debe a su escasez y difícil recolección, sino también a su reputación como un potenciador natural de la energía sin los efectos secundarios de los estimulantes tradicionales.

Debido a la sobreexplotación de las reservas naturales y al impacto ambiental de su extracción, la producción sostenible de Cordyceps militaris —una variedad cultivada— ha ganado terreno. Esta especie contiene cordicepina en mayores concentraciones que el sinensis y permite un acceso más democrático a sus beneficios, sin comprometer los ecosistemas de alta montaña.

El Cordyceps representa un punto de encuentro entre la sabiduría ancestral y la investigación contemporánea. Su biología única, su relevancia cultural y su potencial terapéutico lo posicionan como un protagonista en el resurgimiento de los hongos funcionales, consolidando su lugar como uno de los adaptógenos más codiciados del mundo.