Vivimos en tiempos en que el estrés parece parte de la rutina diaria. Trabajo, estudios, noticias, exigencias. Todo suma. Pero si se prolonga demasiado, el estrés deja de ser solo mental y empieza a afectar de manera profunda la salud física. Aquí es donde surgen los adaptógenos, cada vez más valorados como aliados naturales para sobrellevar el estrés crónico.

¿Qué pasa en tu cuerpo cuando vivís estresado?

Cuando enfrentamos estrés constante, nuestro cuerpo mantiene activado el eje HPA (hipotálamo-hipófisis-adrenal). Esto provoca niveles altos y sostenidos de cortisol, la hormona que nos ayuda a reaccionar ante situaciones de peligro.

Pero si este mecanismo se enciende todo el tiempo, puede tener consecuencias como:

  • Cansancio físico y mental

  • Alteraciones del sueño

  • Irritabilidad y ansiedad

  • Mayor inflamación en el cuerpo

  • Problemas de memoria y concentración

Los adaptógenos actúan justamente sobre esta respuesta, modulando el impacto fisiológico del estrés y ayudando al organismo a recuperar su equilibrio natural.

 

Reishi y Ashwagandha: grandes reguladores del estrés

Entre los adaptógenos más estudiados para el manejo del estrés destacan:

Reishi (Ganoderma lucidum)
Contiene triterpenos y polisacáridos que han demostrado propiedades ansiolíticas y neuroprotectoras, ayudando a reducir la sensación de ansiedad y promover la calma mental (Phytotherapy Research, 2019). Además, se investiga su rol en mejorar la calidad del sueño, clave en cuadros de estrés crónico.

Ashwagandha (Withania somnifera)
Utilizada hace siglos en la medicina ayurvédica, está vinculada con la disminución de cortisol y con la sensación de bienestar general. Varios estudios en humanos encontraron reducciones significativas en los niveles de estrés y ansiedad tras su uso diario (Phytomedicine, 2019).

 

Mecanismo de acción: cómo logran su efecto calmante

Los adaptógenos no sedantes como el Reishi o la Ashwagandha actúan de manera biológica y regulatoria:

  • Modulan la liberación de cortisol, evitando picos excesivos.

  • Regulan neurotransmisores como serotonina y GABA, asociados al bienestar y la calma.

  • Reducen procesos inflamatorios que se agravan con el estrés crónico.

  • Protegen células neuronales frente a los daños del estrés oxidativo.

Por eso, se consideran aliados para sostener el equilibrio mental sin los efectos secundarios de los tranquilizantes tradicionales.

 

No es magia, es ciencia (y constancia)

El uso de adaptógenos requiere regularidad y paciencia. Su efecto es progresivo, no inmediato. Es clave elegir extractos estandarizados, con concentración garantizada de principios activos, para asegurarte resultados reales.

Si sentís que el estrés está ocupando demasiado espacio en tu vida, los adaptógenos pueden ser un apoyo natural para recuperar tu equilibrio físico y mental.

En Adaptogenios, creemos que vivir tranquilo no debería ser un lujo, sino parte de tu bienestar diario.

 

Fuentes: